Colaboraciones

Profesores/as de la Banda Municipal
Directores/as, Solistas, Agrupaciones

Susana Torre Sainz

FLAUTA

Susana Torre Sainz EN CLAVE DE SOL   Octubre 2011
En casa de Susana Torre no hay tradición familiar en la interpretación ni un especial amor por la música, pero a su madre se le ocurrió que apuntarla a algunas clases "sería una buena actividad extraescolar". Y la verdad es que la decisión fue todo un acierto; no sólo porque hoy el flautín es su profesión (una profesión que le encanta, como no se cansa de repetir), sino porque encima hizo de ella una niña feliz. Esta galdakaotarra (nacida en 1974) aún recuerda con cariño cómo le divertían aquellas "pequeñas excursiones" que a sus siete añitos eran para ella los exámenes, ocasiones en las que la profesora les llevaba a Bilbao y, encima, incluso les hacía algún regalito. Cuando llegó el momento de decidir en qué instrumento especializarse, simplemente se dejó llevar. "Elegí el mismo que quería mi mejor amiga para poder seguir estudiando juntas y, al final, ella lo dejó y ahí me quedé yo con mi flauta", ríe.
Casi del mismo modo, un poco por casualidad, decidió dedicarse profesionalmente a la música. "Quería estudiar Química y aprovechaba las vacaciones para dar clases particulares. Todo lo que ganaba en las clases y en las colaboraciones con alguna orquesta o alguna banda lo guardaba para apuntarme a cursos de verano, y justo aquellas vacaciones, antes de empezar la carrera, me ofrecieron más trabajo. Pensé dejar lo de la Universidad para después, pero un trabajo llamó a otro y al final decidí dedicarme a lo que realmente me gustaba, tocar y enseñar", recuerda Susana. Una vez que en casa vieron que los estudios musicales no sólo eran su vocación sino que además también eran una carrera universitaria ("cosa que la gente aún no sabe", lamenta Susana), le animaron mucho; "hoy están súper orgullosos", explica.
Lleva ya catorce años formando parte de la Banda Municipal de Bilbao, pero antes tuvo su rodaje por las agrupaciones de su pueblo (donde, recuerda, le enseñaron a leer una partitura) y de Durango, así como en una orquesta de estudiantes, en la que "nos lo pasábamos muy bien y todos tocábamos de solistas". Pero un buen día le llamaron de la formación bilbaína, en cuya bolsa de trabajo estaba inscrita. "¡Guauuuuuuuuuu, la Banda de Bilbao! Fue un sueño... además, iba a trabajar al lado del que fue mi primer profesor, Fernando Larrinaga. Íbamos a ser compañeros, toda una responsabilidad", explica llena aún de entusiasmo.
Para Susana, el duro trabajo que supone estar en la Banda está lleno de pequeñas recompensas. "Me dedico a lo que he estudiado y ¡me encanta! Cada vez que me subo al escenario a enseñar a la gente mi trabajo me emociono. He tocado conciertos con los pelos de punta y hasta con lágrimas en los ojos porque veíamos que la música llegaba al público. Creo que a la gente le gusta la Banda y disfruta con nuestros conciertos, y a nosotros nos gusta que dejen a un lado sus problemas para disfrutar de buena música con nosotros. Además, toquemos donde toquemos, somos la Banda de Bilbao, de todos los bilbaínos, y ellos lo saben y lo aprecian", señala.
Y aunque el trabajo le ha gustado siempre, reconoce que desde que tocan en el Euskalduna, la cosa es todavía mejor. "Es un auditorio en el que tenemos la oportunidad de ofrecer otro tipo de música -explica-, y eso para nosotros es una buena motivación". Una motivación no sólo para seguir trabajando, sino también para seguir estudiando, para tratar de superarse día a día.